La función de este plato es ser devorado con gusto. Las alitas de pollo no requieren emplatado ni otras formas de introducción y están listas en menos de 40 minutos.

El sabor dulce y picante calentará tus sentidos y las personas que te acompañen a la mesa seguramente apreciarán este plato.

Las alitas de pollo son una buena fuente de proteínas y niacina y son bajas en sodio.

Incluso se come con la mano y se saborea hasta el último bocado. Las alitas de pollo son un capricho que todos merecemos y que mágicamente puedes hacer desaparecer por tu cuenta mientras ves una buena película o compartes con tus seres queridos.

El plato es ideal para los días en los que no quieres quedarte en la cocina, pero aun así quieres un delicioso manjar.